Psicología del postparto
- Irene Moreno, psicóloga col.20368
- 18 oct 2018
- 2 Min. de lectura

Una de mis recientes inquietudes es la psicología perinatal. A lo largo de mi trayectoria profesional, cada vez veo más necesario el acompañamiento a las familias en la crianza de los más pequeños de la casa, como también en el proceso previo (embarazo, postparto, lactancia...). Es por eso, me puse manos a la obra a investigar, aprender y a dejarme fascinar por el mundo de la psicología perinatal formándome un poco más sobre ello.
El artículo de hoy trata sobre un gran tema, muchas veces menospreciado culturalmente, pero importantísimo para el vínculo y el nuevo ajuste familiar: el postparto. Una etapa muy dura, muchas veces vivida en soledad, dónde será muy importante dejarnos ayudar por nuestro "colchón social" y si es necesario pedir ayuda a profesionales especializados en el tema.
Así pues, me gustaría compartir 10 aspectos claves sobre la psicología del postparto:
Cuando nace un bebé nace una madre y un padre. No hay que olvidar de que se crea un nuevo rol dentro de nosotros y en nuestra familia: nacen unos tíos, unos abuelos... La construcción de este nuevo rol y su ajuste en la vida familiar será clave en esta etapa.
Un bebé no existe solo, existe en relación a la madre. El hábitat del bebé es la madre, necesita autorregularse a través del vínculo, la interacción, el consuelo y la reparación.
La necesidad de apego es una necesidad continua, es decir, es una necesidad vital que no corresponde solo a esta etapa sino al largo de toda la vida. Solo lo creamos inicialmente con personas limitadas.
El desarrollo sano depende del disfrute de ambas partes. La interacción se necesita igual que el alimento, es una función básica. La madre regula las emociones del bebé a través del contacto corporal, el contacto ocular...se sincronizan los ritmos cardíacos, la respiración, la temperatura térmica, supresión bagal...
El olor es un sentido que tenemos muy desarrollado al nacer para percibir el olor del líquido amiótico de la madre. Este olor lo buscan en el pecho de la madre para poder alimentarse.
El cerebro de la madre se modifica para que haya un deseo y recompensa de estar con el bebé (suben los niveles de dopamina).
La función materna pasa a ser de consuelo, reparadora para el neonato. La clave es la respuesta, estar presentes, no acertar.
La llegada de un hijo a la familia produce inevitablemente una crisis del desarrollo. Cambiamos la relación de pareja, nuestra relación con el trabajo, hábitos de vida... esta crisis no la podemos negar, por ello es importante valorar como la afrontamos.
El bebé necesitará la regulación emocional (propia y externa) y la seguridad relacional (compañía y soledad). Esto esta muy ligado al apego adulto y predecirá como gestionará el estrés y las relaciones sociales en el futuro.
Un punto importante es aceptar al bebé real y su dependencia: romper con la expectativa e ideario de lo que suponíamos que sería la maternidad y el neonato.
Si crees que estás en un momento del postparto que te vendría bien hablar de como lo estás gestionando y necesitas ayuda, no dudes en contactar con nosotros.
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